Soldar o trabajar en entornos donde se realicen labores relacionadas a esta acción implica para cualquier usuario un alto riesgo, pues involucra una mezcla singular de peligros que pueden afectar tanto la seguridad laboral como la salud de los trabajadores, sin importar el sector industrial. Los riesgos relacionados con la soldadura van desde la exposición al calor, a gases y al ruido, hasta posibles lesiones por uso de maquinaria, tropiezos, accidentes eléctricos, entre muchos otros, la lista de riesgos es indeterminable.
Es por esta razón que tanto los soldadores como las personas que trabajan junto a quienes realizan esta labor deben estar en todo momento protegidos. Para esto existen diversos elementos que pueden ser integrados dentro del equipo de protección personal de los usuarios, como lo son:
- Capucha. Protege la zona de los hombros, cuello y cabeza del contacto con las chispas moderadas.
- Careta. Cubre los ojos y la cara de la luz ultravioleta, las chispas, la luz infrarroja, y el calor.
- Chaquetin. Diseñado para impedir el acceso de salpicaduras y de chispas en el área del torso y los brazos.
- Guantes. Cumplen la función de cubrir las manos de cualquier riesgo térmico o agresión mecánica.
- Mandil. Tienen el propósito de proteger contra chispas y salpicaduras, así como de la escoria y las llamas, el torso y parte de las piernas.
- Mangas. Actúan como una barrera en los brazos que aisla el calor de las llamas para evitar quemaduras por el contacto directo.
- Bota industrial. Además de proteger la zona de los pies, deben proporcionar una protección adicional contra la electricidad, la abrasión, al impacto y la compresión. No cualquier calzado puede cumplir con estas características, debe ser uno certificado por la NOM-113-STPS-2009.
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